28 de febrero de 2012

Reflejo.

Se levanta de la cama, totalmente adormilada aún, todavia es de noche... simplemente es que no puede dormir bien. Se queda quieta frente al espejo y apoya la mano en el cristal. Bosteza y comprueba que el reflejo tiene las manos entrelazadas y no la diestra sobre el espejo. Se sorprende y ladea el rostro, frotándose la sien nerviosa.
- Eres... ¿yo?
Una pregunta un tanto estúpida, pero el reflejo asintió sonriente y puso el dedo índice pegado al marco.
- Soy tú, pero no estoy triste, ¿tú por qué estás triste?
- No lo estoy...
- Sí, lo estás. No duermes bien y siempre tienes la cabeza en otro lugar. ¿Ya no crees en el amor?
La chica, negó con la cabeza mientras su reflejo se aproximaba más y dejaba las palmas de las manos en el espejo, deslizándose por este y quedando de rodillas. Ella, se dejó caer también, sin apartar la mirada de su otro yo y comenzó a llorar, casi inconscientemente.
- No llores, niña.
- No puedo remediarlo. Duele. - Se enjugó las lágrimas con la manga del jersey y alzó la mirada, sorprendida porque el reflejo, también lloraba. - Y tú, ¿por qué lloras?
- Porque quizá, pueda entender lo que sientes. Soy tú, ¿entiendes?
La chica asintió y se calmó, pero no pudo evitar soltar de vez en cuando un suspiro de tristeza.
- No tienes porqué sentirte así, siimplemente deja que el tiempo pase y olvídate... no permitas más dolor. Piensa en ti por una vez.
Y el reflejo, se convirtió de nuevo en aquella chica, rota por dentro, sin dejar de llorar.

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