11 de noviembre de 2012

Querer . . .

Querer expresar algo y no poder. Supongo que tener esto tan abandonado, no ha servido de mucho, realmente muchos pensamientos rondaron mi cabeza, pero todo eso ya se olvidó.
Estuve tan cansada, que vi que no merecía la pena esforzarse por algo que ya se había perdido hace mucho.
Querer volar y no poder porque tus alas se transformaron en cristal.
Querer jugar con la inocencia, pero ni siquiera saber el significado de esa palabra.
Querer abrazar a esa persona, pero ya está muy lejos, inalcanzable.
Querer llorar, no poder... esas lágrimas se han solidificado. No fluyen.

Rompo las mañanas con un grito ahogado. Es frustrante, pero al menos sé que sigo luchando, da lo mismo hacerlo sola, da igual. No rendirse, eso es lo único que quiero.

25 de junio de 2012

Los sentimientos...

... no cambian, por mucho tiempo que pase.
''Al que hemos amado lo amamos siempre.''

27 de mayo de 2012

( ... )

Llevo varias semanas volviendo a ser lo que era antes, cayendo una y otra vez, tropezando con cada pequeña piedra y sin poder levantarme.
No tengo ganas de vestirme, ese aspecto desganado que sólo se gana con el paso del tiempo, cuando uno se encierra en sí mismo. Me han dicho incluso que he perdido ese toque de ''feminidad'' que siempre había tenido, pero que al parecer he ido perdiendo poco a poco. en este tiempo. Ni me maquillo, ni me molesto en peinarme tampoco.
He perdido las ganas de todo, realmente. Ni siquiera sé si importo a alguien lo suficiente. Ni siquiera sé si quiere volver a saber de mí.
Tampoco me apetece dejar de llorar, esta vez no.

19 de abril de 2012

No.

Hoy no tengo mucha coherencia, pero me apetecía hacer una entrada de blog.
Sólo puedo decir que soy una idiota y que le echo de menos... querer a alguien es duro, realmente.

2 de abril de 2012

Un suponer.

La música suena. La almohada recoge unas cuantas lágrimas, como una madre recogería a su hijo en su regazo; las otras, incapaces de descender más, son secadas por el aire que entra por la ventana, lo único que me da de respirar. Con ojos fijos en el techo, intento descubrir el sentimiento que alarga mis días hasta convertirlos en noches y de nuevo, en amaneceres. No puedo quedarme tumbada, quieta pero inquieta. No puedo tratar de no hacer nada. No puedo aparentar calma, ninguna, ni la más amarga. Procuro hacer libre entre lo que sería el silencio de la noche —silencio corrompido por el intento de compañía, la música— lo que pesa en mí.
Saldría corriendo si pudiese. No miraría atrás hasta recordar que olvidé mis zapatos, que me duelen los pies; que huí de todo, que me duele el alma. Siento cómo la oscuridad se cierne sobre mí, igual que los segundos sobre los minutos. El tiempo y yo nos ahogamos. Desearía una bocanada de aire frío, pero el calor y los pensamientos poco coherentes, me privan hasta de ese placer tan banal. Mi pecho se hunde entre mis clavículas. Las clavículas se pegan a mi garganta. Tragar saliva es como tratar de cruzar el océano andando, imposible.

Después de cuarenta minutos, ni Soledad acude en mi ayuda. Creo que esta cama quedará aún vacía durante bastante más. Lo creo, pero no lo espero. Quizá Insomnio empiece a visitarme, haciéndome escribir palabras sin sentido a la luz de una bombilla que deslumbra mi visión a estas horas.
La canción suena, me recuerda a ti, lo que hace que me sienta como un bolígrafo al que le falta tinta. Sí, él también se siente así, o quizá no quiera reflejar más de lo necesario como mi mente y yo nos sentimos. Quizá quiera dejar paso a
Sueño, cree que mi cuerpo se lo agradecerá. Sólo es un suponer, ambos sabemos que Despertar esta noche estará pegado a las horas como la música a mis oídos, como tú a mi pensamiento... aora creo que estoy mejor.

Con esto sólo quiero que sepas que me acuerdo de ti, que ocupas todos mis pensamientos. No voy a pensar que no te quiero, me rindo, al igual que el invierno se rinde ante la inminente primavera.
Sólo es cuestión de tiempo, tiempo para mí y para ti que nos cojamos de la mano y caminemos juntos bajo los árboles nevados. Claro, esto sólo es otro suponer...

27 de marzo de 2012

Sinceridad.

Hablar sobre la amistad es un poco complicado, más en estos tiempos donde no sabemos el significado de una amistad verdadera, no sabemos cómo actuar, no sabemos qué es la amistad. En sentido común, creo que se define en esa persona que está siempre, que si tiene problemas te los dice a la cara, que no tiene miedo de mostrarte la realidad, por más que te tenga que hacer ver que eres una idiota, una cualquiera... creo que ahí, en ese momento se expresa la amistad, el verdadero cariño hacia esa persona, hacerla ver cómo son las cosas en realidad, abrirle los ojos, demostrarle que el mundo no gira a su alrededor. Es algo obvio que existe la falsedad en el mundo, no hay porqué negarlo; como dice el dicho ''uno no sabe hasta que le pase a uno mismo'', no tengo porqué negarlo, ya que es la pura realidad.

En mi caso, soy ese tipo de persona que cae con la misma piedra, una y otra vez de tal manera que salgo lastimada al final de todo, me imagino un mundo paralelo, un mundo en que las personas son inocentes y si hacen o dicen algo es porque se les antojó, no porque los sintiera o viera así, una vida rosa, pero como me lo dijeron una vez puede ser rosa, todo perfecto mientras esté ahí, pero cuando no, se vuelve gris o incluso se torna negro.
Confiamos demasiado en las personas, sin saber cómo son en realidad, das todo por ellas, intentas ser aceptada porque quizás así podrías ser mejor, pero es lo contrario, vas a ser otro robot como todos, sin sentimientos, sin amor, sin tristeza, sin odio, ni felicidad. Sería una copia más de todos los que nos rodean, por eso, ser diferente, pensar diferente no tiene nada, nada de malo, al contrario, te felicitaría si fueras así, tienes personalidad, cosa que hoy en día falta tanto, al contrario de las personas que no tienen cabeza para pensar por sí solas.
Personas trasparentes, personas verdaderas, aquellas que se muestran tal cuales son, que no cambian para caerle bien a gente ajena, ni para que otro la quiera, aquellas que tienen como mínimo cinco facetas, las cuales las tiene que cambiar para cada persona que se la cruce, para cada persona que le hable, o que la saque a bailar; resumiendo, cada una diferente para cada situación, contexto. Intenta responder esta pregunta: ¿qué está pasando con la amistad, con la persona que está a tu lado? Cada vez más materialistas e interesadas, ¿dónde quedaron las amistades verdaderas? Seguramente en el bolsillo de aquel jean que ya no usas, o en aquella mochila vieja.
La base de todo, está en los intereses, las falsedades, las mentiras. ¿Qué le pasó al mundo? Creo que las respuestas están en peligro de extinción. Las personas ocultan misterios de lo que en realidad son en lo más profundo de sus almas y eso, ¿para qué? Para después de todo aparentar ser algo que no son, para lastimar a todos aquellos que la rodean, heridas que duelen, muchas veces estas no se curan o sino cuesta mucho para cerrarlas y dejarlas en el pasado.

Mientras continuamos con nuestra vida, día a día. Duele mucho lastimar a la gente, y más cuando estamos involucrados. No siempre las cosas nos salen de la mejor manera, cometemos errores, por más que sea uno pequeñito o una grande, pero los cometemos, intentamos enmendarlos pero no siempre los reparamos de tal manera que quedarían perfectos, siempre quedan sobras, manchas en ellos.

Apenas son opiniones, del mundo que pisamos.
Nada más.
Yo ahora mismo me considero una estúpida más... no sé porqué, no entiendo las oportunidades que te brindé y aún hoy día te las sigo dando. Cierro mi boca muchas veces para evitar hacerte daño.
Ya no sé qué hacer, hice todo lo que pude, no me pidas más...
No sé si llamarte mejor amigo, no sé qué considerarte ahora mismo. Sólo sé que eres alguien que está presente en mi vida, no hay más.

19 de marzo de 2012

Likes . . .

Me gusta la oscuridad.
Las cosas suaves y redondas.
Los colores oscuros.
Me gustan los susurros pegados al oído.
Los atardeceres y las puestas de sol.

Los bosques y sus secretos.
Me gusta escuchar los problemas y los logros.
La luz de una vela temblando.
La adrenalina.
Me gustan las cosas pequeñas.
Marcar la página de un libro doblando su esquina.
Me gusta dibujar lo que sueño por las noches (cuando no son pesadillas).
Recordar momentos.
Llorar.
Me gusta el olor a gasolina, a pintura o la hierba recién cortada.
Me gusta el cielo y todos sus colores.
Me gusta poner la mano en el pecho para escuchar diferentes latidos.
Cerrar los ojos y morir por un momento...
Me gustan los pasteles.
El helado...
El frío.
Me gusta ver el polen volar.
Pasear entre campos verdes de hierbas altas.
El sonido de la guitarra.
Me gustan las figuras sin sentido.
Lo diferente.
El perfume que caracteriza a las personas.
Me gusta que me miren a los ojos...
La venganza y el rencor.
Me gusta lo intenso.
Dibujar sin darme cuenta y descubrir lo que llegué a conseguir trazar.
Me gustan los paseos por la sombra y otras veces muero por perderme bajo la niebla.
Ser yo.
Me gustan las casas perdidas en los montes y campos.
Los animales.
Me gusta encender velas para luego apagarlas y respirar el aroma desprendido.
Los pequeños detalles.
Me gusta lo simple y lu humilde.
Los arrecifes de coral.
La sinceridad buena y mala.
Me gusta meter la mano en los bolsillos de las chaquetas olvidadas en un armanio y encontrar algún recuerdo.
Las islas desiertas.

La mitología nórdica y lo relacionado con los países nórdicos.
Las cosas que brillan.

El viking metal, folk metal...
Me gusta el olor a nuevo.
Las personas frías.
Las historias prohibidas.
Me gusta la infancia y la niñez.
Las iguanas.
Que me den tiempo.
Me gusta que confien en mí.
Que me vean como alguien diferente.

Las arañas.
Beber cerveza rodeada de personas que significan algo para mí.